Entrevista con Tarkan Batgün para ProSport Rumanía por Vlad Măcicășan
“¿Sustituirá la IA a los entrenadores?” – Un experto explica cómo se presenta el futuro del fútbol?
Entrevista con el director general de Comparisonator, Tarkan Batgün, para ProSport Rumanía, gracias a Vlad Măcicășan
En un mundo que experimenta grandes transformaciones, todos los ámbitos intentan adaptarse. Mientras la Inteligencia Artificial desencadena una revolución y entra en la vida de todos, nos preguntamos: ¿cómo configurará la IA el futuro del fútbol?
Hablamos con Tarkan Batgün, director general de Comparisonator, una plataforma utilizada por los clubes de fútbol profesional para el análisis y el ojeo de jugadores. El experto turco en seguimiento de jugadores nos explica cómo será el futuro del fútbol y hasta qué punto influirá en él la IA. Responde si la IA sustituirá a los entrenadores o a los ojeadores.
“No se arreglan los problemas después de que aparezcan: se previenen antes de que existan”.
Tarkan, ¿cómo está cambiando la IA el mundo del fútbol?
“La IA no vino a sustituir al fútbol. Vino para ayudarnos a comprenderlo mejor. Antes de que la inteligencia artificial encontrara su lugar, los clubes necesitaban semanas -a veces meses- para construir una imagen completa de un jugador. Los ojeadores viajaban a estadios lejanos, los analistas escarbaban en interminables horas de metraje y los departamentos debatían impresiones subjetivas hasta altas horas de la noche. Hoy en día, la IA puede analizar miles de minutos de fútbol en cuestión de segundos. Comprime semanas de observación en un solo momento de claridad. Pero el verdadero cambio no es el volumen, sino la perspectiva. La IA revela patrones invisibles a simple vista: cómo se comporta un jugador bajo presión, con qué constancia cumple su función, si la liga actual infla o suprime sus números, si sus hábitos se traducen en un nuevo sistema táctico. Pero el fútbol sigue siendo una historia humana. La emoción permanece, la pasión permanece. Lo que cambia es la claridad con la que vemos la verdad. El resultado no es un deporte tomado por “robots”, sino uno mejor protegido de los errores humanos”.
¿Qué ha cambiado en el análisis de los partidos?
Durante décadas, el análisis de los partidos se basó en el recuento: disparos, pases, centros, posesión. Pero contar no significa comprender. Saber lo que ocurrió no te dice por qué ocurrió. La IA cambió toda la metodología. Donde el análisis tradicional aislaba los acontecimientos, la IA los integra en una narración táctica continua. Puede señalar exactamente cuándo una línea defensiva pierde su forma, cuándo falla un esquema de presión, cuándo la intensidad de un centrocampista cae por debajo del umbral funcional. Ve comportamientos, no sólo acciones.

Esta revolución es poderosa para los entrenadores. En lugar de informes estáticos, ahora obtienen percepciones conceptuales. Por ejemplo: cuando la presión de su delantero baja después del minuto 70; cuando su lateral derecho recibe el balón demasiado profundo para lanzar el juego vertical; cuando los rivales atacan repetidamente la misma zona debido a un desequilibrio estructural. Observaciones como éstas transforman el entrenamiento de reactivo en proactivo. No se arreglan los problemas después de que surjan, sino que se previenen antes de que lo hagan.
Sobre la asistencia a partidos en directo: ¿puede la IA influir en las decisiones de los entrenadores durante el partido?
“Nadie puede procesar veinte gráficos en el minuto 63. Pero todo el mundo puede entender una sola frase. El verdadero poder de la IA en el análisis en tiempo real no reside en la complejidad, sino en su capacidad para reducirla. La IA puede detectar un descenso en el éxito del duelo en una zona determinada o un colapso en el pressing debido a la fatiga, mucho antes de que el entrenador se dé cuenta. Pero la información debe llegar en forma de mensaje único, como “su centrocampista izquierdo ha dejado de hacer trabajo defensivo” o “el rival construye constantemente en la zona 14″. Estos detalles internos pueden desencadenar cambios tácticos inmediatos. Pero la IA apoya las decisiones, no las toma. La intuición sigue siendo esencial”.
“Los clubes utilizan ahora la IA no como un juguete, sino como una herramienta estratégica”.
¿Podría la IA dirigir un equipo de fútbol hoy en día?
(Sonríe) “No. Y francamente, no debería. El fútbol no es sólo un juego de patrones estadísticos. Es un ecosistema humano construido sobre la emoción, el liderazgo y una química impredecible. La IA puede reconocer tendencias, analizar patrones, simular escenarios, incluso identificar problemas tácticos antes de que el adversario se dé cuenta. Pero no puede sentir el miedo, la adrenalina, la presión o el momento decisivo. No puede entrar en un vestuario y cambiar el ambiente. El trabajo de un seleccionador es mucho más que mover piezas en un tablero táctico. Se trata de entender las personalidades, crear confianza, calmar los egos o levantar la moral. La IA no entiende la mirada de un delantero cuando está perdiendo la confianza. No percibe cuándo un jugador joven necesita ánimos en lugar de críticas. Estos momentos definen carreras. La IA es el asistente que nunca duerme, nunca olvida, nunca pierde la concentración… pero el liderazgo pertenece a las personas. Dejemos a la IA lo que mejor sabe hacer: analizar. Y dejemos a los humanos hacer lo que mejor saben hacer: liderar. El fútbol sobrevive porque sobrevive la emoción”.
¿Cuántos clubes de fútbol utilizan la plataforma Comparisonator?
“Comparisonator opera en más de 45 países y trabaja con clubes de la Premier League, la Bundesliga, La Liga, la MLS, Türkiye, Portugal, Escocia, Brasil, Sudamérica, Oriente Medio y muchos más. Colaboramos tanto con grandes clubes que luchan por un puesto en la Liga de Campeones como con ambiciosos clubes de ligas en desarrollo que intentan acortar distancias. Lo fascinante es lo diferentes que son sus preguntas: en Inglaterra quieren saber si un jugador puede soportar la intensidad; en Sudamérica preguntan si puede adaptarse a las exigencias tácticas de Europa; en Asia comprueban si un jugador europeo puede soportar el clima y el calendario de viajes; en Türkiye preguntan por la regularidad bajo presión. Cada club habla un idioma futbolístico diferente. El fútbol es universal, pero las preguntas de cada club son profundamente locales”.

¿Cuánto han cambiado las exigencias de los clubes en los últimos años?
“Los clubes ya no quieren números: quieren sabiduría. La evolución de las exigencias de los clubes ha sido espectacular. Hace diez o doce años, los clubes pedían sobre todo estadísticas en bruto: pases, duelos, tiros, recuperaciones. Pero los números sin interpretación no son más que ruido. Un centrocampista que da 90 pases en una liga con un pressing débil y otro que da 40 pases en la Premier League, no viven en el mismo universo. Hoy en día, los clubes esperan de la IA algo mucho más valioso: inteligencia futbolística contextual. Se hacen preguntas más profundas: “¿Se adaptará este jugador a los principios tácticos de nuestro entrenador?”; “¿Sabe cuándo activar el pressing?”; “¿Cómo rendirá en una liga que es un 20% más rápida?”; “¿Cómo será su desarrollo en los próximos tres años?”; “¿Será una inversión segura o una apuesta arriesgada?”. Los clubes se han vuelto mucho más disciplinados desde el punto de vista financiero. No quieren un informe, quieren una decisión. El cambio es cultural. Los clubes utilizan ahora la IA no como un juguete, sino como un instrumento estratégico que protege los presupuestos, acorta los ciclos de ojeadores y apoya la planificación a largo plazo. Hemos pasado de la recopilación de datos a la inteligencia futbolística. Ésa es la nueva era”. “Un gran entrenador puede seguir teniendo éxito sin la IA, pero siempre será reactivo. Los entrenadores apoyados por la IA se anticipan”.
¿Sigue siendo posible entrenar a un equipo de alto nivel sin IA?
“Todavía es posible. Muchos grandes entrenadores han construido sus carreras de esa manera. Pero el fútbol moderno es demasiado rápido para que el ojo humano pueda captarlo todo. El ritmo ha aumentado espectacularmente en la última década. Las transiciones son más rápidas, el pressing más coordinado, las líneas defensivas se mueven con más agresividad, las cargas de los jugadores se controlan con precisión. Ningún personal, por muy talentoso que sea, puede analizar manualmente el volumen de información que genera el fútbol moderno. La IA actúa como una segunda capa de visión, revelando detalles que de otro modo permanecerían ocultos. La IA proporciona al entrenador un sistema de alerta temprana. Ya no tiene que esperar a encajar un gol: ve el peligro antes de que aparezca. Un gran entrenador puede seguir teniendo éxito sin la IA, pero siempre estará en la reacción, mientras que los entrenadores apoyados por la IA se anticipan. En el fútbol de élite, la anticipación lo es todo”.
¿Cuál es la relación entre la exploración y la IA?
“El futuro del ojeador no es que la IA sustituya a los ojeadores. Es la IA y los ojeadores trabajando como dos cerebros complementarios. Ningún equipo de ojeadores puede controlar todas las ligas, todos los países, todas las ligas de segundo nivel, todas las competiciones juveniles. Pero la IA puede filtrar millones de minutos y mostrarle qué perfiles merece la pena investigar. La IA identifica a los jugadores que se ajustan a criterios tácticos, físicos o estilísticos. Los ojeadores aportan entonces lo que la IA no puede: la verdad humana. La personalidad, el hambre, la profesionalidad, la estabilidad emocional… son invisibles para la IA. He visto a muchos jugadores triunfar estadísticamente, pero fracasar mentalmente. Grietas que ninguna base de datos puede detectar: llegar tarde a los entrenamientos, dificultades para adaptarse en el extranjero, malos hábitos, fragilidad emocional, conflictos con los compañeros de equipo, incapacidad para adaptarse socialmente. La IA revela posibilidades. Los ojeadores revelan realidades. Cuando ambos coinciden, es cuando se tiene certeza”.

“Hace diez años, Türkiye estaba exactamente donde Rumanía está ahora”.
¿Están los clubes rumanos adaptados a la tecnología futbolística moderna en lo que a ojeadores se refiere?
“Los clubes rumanos no están atrasados, están en transformación. Cada liga tiene su propio ritmo. Hace diez años, Türkiye estaba exactamente en la fase en la que Rumanía se encuentra ahora. Lo mismo ocurría en Escocia o en Bélgica. Algunos clubes rumanos ya utilizan herramientas de análisis; otros están construyendo una infraestructura temprana. Esta transición natural ocurre en todas partes. Las academias son fuertes, los jugadores son competitivos, los entrenadores son apasionados. La tecnología es sólo la mejora estructural que alinea a Rumanía con el fútbol mundial. Cuando un país con tradición futbolística adopta herramientas modernas, se acelera rápidamente”.
Si fuera presidente de un club, ¿utilizaría la IA exclusivamente para los fichajes?
“La IA me guiaría, pero nunca decidiría en mi lugar. Utilizaría la IA como una brújula. Algo que me muestre dónde puede estar la verdad, pero no algo que elija por mí. La identidad de un club no es matemática, es cultural. Los fichajes afectan al vestuario, a la cultura de los aficionados, a la evolución táctica del club. Un modelo no puede sentir esas cosas. La IA puede decirle qué jugador encaja en el modelo. Sólo los humanos pueden decirte qué jugador encaja en el club”.


